Mi cuento de una brigada médica en Panamá
domingo, el 25 de marzo de 2012
las flores hermosas de Panamá |
Mi día de viaje de 23 horas el sábado no disminuyó mi entusiasmo de llegar a Panamá para mi brigada médica tan esperada. Sin embargo, estaba agotada, y feliz de pasar el domingo descansando y organizando la medicina que mi grupo de brigadas médicas globales (GMB, por sus siglas en inglés) había traído de los Estados Unidos a Panamá para distribuir en unas clínicas y farmacias móviles. Conocí a la intérprete que trabaja para mi brigada, y cuando yo le hablé sobre mis investigaciones de la atención médica en Panamá, ella compartió conmigo algunas de sus experiencias relacionadas a este tema. Las anécdotas que compartió me mostraron la disparidad entre la educación de unos doctores, y unos diagnósticos falsos que resultan de una educación deficiente. Ella me dijo que había conocido a un médico que le había diagnosticado un sarpullido en los brazos de un paciente como resultado de una alergia a la carne de cerdo, sin pedir ninguna prueba diagnóstica. Otro médico, me contó, había alegado que un caso de conjuntivitis había surgido al mirar el sol durante demasiado tiempo.
organizando la medicina |
Por la tarde, nuestro coordinador Jeff nos dio una orientación al programa GMB en Panamá y la historia del país. Panamá había tenido un ejército, hasta el 1989, cuando los EEUU invadió el país para derrocar a un dictador; me sorprende que los panameños no alberguen ningún resentimiento residual hacia los estadounidenses. El resto del día pasamos organizando la medicina que habíamos traído en dosis individuales. Los medicamentos más frecuentes son las vitaminas, los analgésicos como el Ibuprofeno y Tylenol, los antibióticos, las pomadas para hongos, y el Albendazole para tratar infecciones de parásitos. Para ofrecer nuestros servicios dónde más se necesitan, mi brigada se queda en Metetí, en la región Darien-- la más pobre de Panamá.
lunes, el 26 de marzo de 2012
la policía que nos acompaña |
Una brigada médica está compuesta por cuatro estaciones-- de triaje, en que se toma los signos vitales, de la consulta con un médico, de la charla, en que se promueve la educación para la salud, y de la farmacia. Hoy yo trabajé como intérprete para una médica estadounidense: podía ver directamente los achaques de los pacientes y las recetas de la médica. Los problemas más frecuentes fueron parásitos, la necesidad para vitaminas, y un resfriado o tos. Unos casos interesantes que vimos fueron pulmonía, infecciones del oído, de la vejiga, y de la piel, y un caso de la leishmaniasis-- una enfermedad de parásitos, que se manifiesta en llagas en la piel. Las aflicciones más severas hoy fueron una mujer con un quiste en su seno y una chica que sufría de migrañas crónicas debido a la mala vista. Al final del día, 170 pacientes habían pasado por nuestra brigada. Por la noche, Jeff nos explicó que en la comunidad en la que estábamos trabajando-- Metetí-- había una clínica médica, pero sólo dos doctores, y una demanda mucho mayor que su capacidad para ayudar.
los afiches educativos para las charlas |
martes, el 27 de marzo de 2012
Empezamos la brigada puntualmente a las nueve hoy, y enfrentamos otro día largo. La mayoría de los voluntarios en el viaje son estudiantes de pre-medicina pero no hablan el español, por eso trabajé en la consulta de nuevo, con el otro médico estadounidense para que yo pudiera ampliar mi experiencia. Vimos muchas de las mismas quejas de ayer-- los resfriados, hongos, e infecciones, y dolores generales del cuerpo. También nos encontramos con casos más específicos y difíciles de tratar. Una familia bien vestida vino para ayuda con su niño de 10 años que sufría de depresión y pensamientos del suicidio. No pudimos recetar un antidepresivo, porque la brigada no lo había traído, y también porque esto no es una solución sostenible en una región sin mucha atención médica ni psiquiátrica: no podría volver a llenar la receta fácilmente. Luego, un padre, acompañado por su hijo en una silla de ruedas, buscaba ayuda que nosotros no podíamos proporcionar. Su hijo padecía de la parálisis cerebral, y el único tratamiento disponible se ofrecía en la Ciudad de Panamá, más de cinco horas de distancia. Una madre vino, preocupándose sobre las convulsiones febriles de su hijo. Otra vez, no había nada que pudiéramos hacer, a excepción de aconsejarle sobre las maneras para evitar la fiebre. Las últimas pacientes del día eran una chica de 16 años y su madre. A la chica no le había venido la regla hacía tres meses, y quería una prueba de embarazo. Yo fui al baño con ella, dónde le di la prueba y vi el signo positivo, pequeño y rosado, que apareció. Le expliqué, tan suavemente como pude, que sí, ella estaba embarazada; la expresión en su rostro me hizo sentir su miedo. De los 194 pacientes que pasaron por la brigada hoy, esa chica era la más memorable.
miércoles, el 28 de marzo de 2012
yo con mis amigas nuevas |
Hoy cambié mi posición en la brigada a triaje. Aquí tomaba la presión, el peso, y la temperatura de los pacientes y preguntaba sobre sus síntomas-- la información que requiere el médico antes de diagnosticar al paciente o recetar una medicina. Me gustó la oportunidad de hablar con los pacientes de una manera más personal, así como la experiencia práctica. Cuando estaba trabajando, de repente se cortó la electricidad-- no es una ocurrencia rara en esa región. Seguimos trabajando, aunque la falta de un ventilador de techo pronto condujo a un calor sofocante en la habitación. Por la noche, hablé con Eduardo-- el chofer de nuestro autobús-- sobre los problemas que él percibe como los más prevalentes en Panamá. Me dijo que aunque sí había atención médica en la región de Darien, no era muy disponible. Sin embargo, el problema más serio está relacionado con la impureza del agua. En la Ciudad de Panamá, se puede tomar el agua del grifo; en comparación, en Darien el agua está llena de microbios y parásitos, y casi toda la población está afectada. Sin embargo, Eduardo cree que una infraestructura para purificar el agua puede surgir en el futuro. Hace 20 años, él me explicó, no había electricidad en la región, y hoy sí la hay. Para la región más pobre de Panamá, el desarrollo es importante, pero la región no recibe el apoyo ni los fondos necesarios del gobierno porque la mayoría del dinero del país se queda en la Ciudad de Panamá.
jueves, el 29 de marzo de 2012
Pasé el último día de la brigada como intérprete en la estación dental. Allí ofrecemos una limpieza de los dientes o extracciones; no tenemos los recursos necesarios ni el tiempo para proporcionar servicios más sofisticados como un empaste de diente o cirugía endodóntica. Los servicios dentales son unos de los más importantes de la atención sanitaria: un dolor de diente es debilitante y puede robarle a uno la capacidad de trabajar. Sin embargo, unos niños veían esta estación como una condena a la muerte, y se negaron a abrir la boca, ni siquiera un centímetro.
yo con la familia panameña |
la cocina |